lunes, 19 de septiembre de 2011

Presentación del libro "Por las buenas o por las malas: las mujeres en la globalización. Jules Falquet

Tertulia entre Lorena Cabnal, Julio y todas las lesbianas y mujeres que estuvimos allí...




"Un número creciente de personas son, como hemos dicho, orilladas a buscar su salvación en la migración, ya sea hacia las ciudades en sus propios países, ya sea por fuera de estos.  simultáneamente, la mayor parte de los gobiernos de los países del norte, pero también los del sur, son conscientes de la necesidad de proveerse de mano de obra barata y dócil para asegurar las tareas materiales imprescindibles de la globalización y de la reproducción social.  Es manifiesto que la mano de obra migrante, pauperizada, pero en ocasiones muy calificada, es particularmente apropiada" (46p.)


 "La organización del neoliberalismo globalizado se acompaña de numerosas guerras 'abiertas', internacionales, regionales y locales." (70p)



















"Cuando se observa la realidad desde América Latina y el Caribe, es evidente que, incluso matizado últimamente por los efectos de la crisis financiera del 2009, el discurso optimista de que, al fin y al cabo, la globalización mejorará la vida de las personas, mal esconde el empeoramiento generalizado de la situación.  Las personas que no pertenecen a las categorías privilegiadas de la población mundial por su sexo, su nacionalidad, su 'raza' o su clase social son las primeras en notarlo(...) (171p)




Pensamientos de Lorena Cabnal sobre el libro y las realidades de las mujeres de esta tierra...




Quiero reconocer y valorar la complicidad feminista lesbiana que me convoco para recrear mi mente leyendo este libro. Lesbiradas.
Siento la necesidad de expresar mi reconocimiento a su autora: Jules Falquet, por elaborar y construir durante 15 años un tapete que hoy aporta desde su mirada, pensamiento, practica y compromiso político de su feminismo materialista, a los análisis y debates actuales sobre el impacto de la globalización neoliberal y patriarcal en la vida de las mujeres del mundo. Pero en particular, en América Latina, es decir en esta tierra nombrada por las comunidades originarias Abya Yala.


Desde los diferentes enfoques que existen en la actualidad para el abordaje de la problemática de la globalización neoliberal, considero que el pensamiento feminista de Falquet es importante, porque toma en cuenta las dimensiones de sexo, clase, raza y genero, como categorías de análisis sumamente relacionales en la historia, el tiempo, las estructuras, las expresiones y manifestaciones actuales de la globalización a la que ella nombra como neoliberal.


Plantea estas cuatro categorías como relaciones sociales de poder, estrechamente vinculadas e inseparables. Desde su punto de vista la globalización neoliberal, conlleva una profunda reorganización del sistema de producción, distribución y consumo a escala mundial, a lo largo del libro va planteando como también se inserta las dimensiones culturales, las cuales están íntimamente ligadas a las transformaciones económicas y político-ideológicas actuales.


Parte también desde la critica a la posición binaria de análisis geográfico, que divide al mundo desde Tercer Mundo y Primer Mundo, Oriente y Occidente, centro y periferia, países (sobre)desarrollados y países en desarrollo, (pos) colonias y (antiguos) países colonizadores, países ricos/enriquecidos y países pobres/empobrecidos


Retoma entonces a Chandra Mohanty, para situar su análisis desde los conceptos Sur, Norte, Este y Oeste, pues remiten a realidades políticas, históricas y plurales.


En su recorrido comparte la intencionalidad globalizadora que crea mecanismos específicos para el sostenimiento de su objetivo: La Aldea Planetaria, a través de los diferentes Servicios y de la creación de Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación.


Con la expansión inmediata de la globalización, nos comparte como las culturas se modifican y emergen nuevos movimientos sociales a partir de movilizarse al ritmo de la modernización y del progreso proclamado. Para esto la democracia globalizadora, crea condiciones también.
1Argumenta como, el continuum cíclico de expansión comercial, militar, cultural y política del capitalismo occidental, se reconfigura para dar auge a la globalización neoliberal. Mientras otros lo ven como un fenómeno meramente de cambio, no de continuidad.


Efectúa una crítica al concepto de globalización, porque considera que posee características especificas que tiene tendencia antiguas y profundas, y que lo que generalmente se difunde en su contenido conceptual puede abarcar niveles de análisis en lo económico, político, cultural e ideológico, pero carente de las dimensiones de género.


Nos lleva a través de una cronología de como se instaura el fenómeno globalizador entre potencias, y luego como se expande en el mundo a través de la doctrina neoliberal estadounidense, de allí la constitución de Instituciones mundiales como la OMC entre otras.
Además como desde la antigua Unión Soviética y en México, donde después de la firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá en 1994, se han incrementado los millonarios y ricos; hombres adultos o mayores, de clase alta, mayoritariamente blancos, occidentales, mientras que a su vez se están empobreciendo, principalmente mujeres y niñas, campesinas, obreras, habitantes del Sur y racializadas.


Comparte entonces que la globalización neoliberal refuerza global y dialécticamente la brecha entre los niveles de bienestar y de riqueza entre los sexos, entre las clases y entre las «razas».


Asimismo el desmantelamiento del pacto socialdemócrata que se instaura en los países latinoamericanos, es justamente para provocar la destrucción del Estado de bienestar a través de los Planes de Ajuste Estructural, donde las mujeres son las más afectadas, y ello conlleva desde empleadas en el sector público, hasta en las políticas sociales donde se pierden sus beneficios, con lo cual se ven nuevamente obligadas a realizar tareas de reproducción social de las que el Estado no asume.


Aumenta la migración de mujeres para el trabajo de casa particular, pero también de mujeres ejecutivas migrantes, por pago de mano de obra barata sustituyendo la mano de obra local, por la inversión de costos y la sobrecarga de trabajo de aquellas mujeres que asumen cargos ejecutivos en el marco del desarrollo del trabajo neoliberal.


Se modifica también el mercado del trabajo, a partir de reformas legislativas que reducen drásticamente los derechos laborales.
el trabajo de las mujeres —precario, flexible, devaluado—como ella lo nombra constituye, de algún modo, el nuevo modelo de trabajo impuesto al conjunto de la población el caso del arquetipo del obrero se está volviendo el de una joven obrera de maquiladora en las «zonas francas», afirma.


Con este auge de modernización, nos comparte en su análisis como desde hace más de veinte años, el mundo rural se ha industrializado, a partir del desarrollo de monocultivos para la exportación. Con ello la situación de la tierra privatizada aumenta cada día, y a ello se suman el acaparamiento de otros recursos o bienes naturales como el agua para el riego. En esta situación son las mujeres rurales e indígenas las más afectadas y quienes sufren el mayor impacto y costos de la modernización.


En tanto que la ONU, el FMI y el Banco Mundial apoyan las grandes operaciones de acaparamiento de las tierras que quedan, para crear «reservas naturales», complejos turísticos, zonas militares y complejos penitenciarios, comerciales o urbanos.

Hace una análisis también de la situación migratoria de las mujeres que cada día va en aumento, buscando como salvar la vida y la de las familias, trabajando en condiciones inhumanas y a bajísimo costo. En este caso plantea que es la mano de obra femenina y rural, que aumenta, por había quedado parcialmente fuera de las relaciones de producción asalariadas (Lautier 2006).


La soberanía ha tomado una nueva forma, compuesta por una serie de organismos nacionales y supranacionales unidos bajo una lógica única de gobierno. Esta nueva forma mundial de soberanía llamada Imperio el Estado como actor ha perdido peso. El Estado-nación, en especial, está siendo fuertemente confrontado por los movimientos étnicos o los nacionalismos internos.


En esta maraña en que nos mete a vivir de la manera mas indignante la globalización neoliberal, también comparte reflexiones entorno al rol que juegan las ONG y las instituciones internacionales, pues en esta lógica también se han multiplicado y transformado, tanto en diversidad, como recursos humanos y presupuestos.


Comparte que uno de los discursos de legitimación del neoliberalismo consiste en afirmar que la situación actual representa un progreso, porque permite un mayor acceso al mercado de trabajo, especialmente a las mujeres, y por lo tanto, a mediano plazo conduce a la igualdad entre los sexos.


Analiza la relación y como se configurado lo que nombra como el “par fatal, el hombre en armas y la mujer de servicios”, en esta parte me parece interesante como plantea el rol de los sexos en el nuevo mercado de trabajo informalizado y transnacionalizado, donde para ella está basado en uno de los arquetipos de género: el hombre como guerrero y la mujer como botín.


El abordaje que hace en esta parte, va desde el trabajo de limpieza y de mantenimiento, en las colectividades, para las empresas y en las casas particulares, hasta, las actividades asociadas al «servicio sexual» asimismo como para los hombres, el «trabajo» consiste en ubicarse detrás de un arma: en un ejército, una policía, una mafia, una prisión, un supermercado, un burdel, una zona residencial, un jardín público, una guerrilla, una «organización terrorista» o una pequeña banda local.


Asimismo como se manifiesta la violencia sexual de los hombres en armas, contra las mujeres a partir de las brechas delgada entre trabajo sexual y servicio, los matrimonios transnacionales, arreglados vía internet, la prostitución y la pornografía, los hombres en armas crean una demanda del trabajo sexual, las mujeres crean una oferta en la mano de obra barata


Los hombres en armas tanto en guerra abierta, referida a las guerras sostenidas en lo local, internacional o regional, pero también la guerra de baja intensidad, que apuntan contra la sociedad civil, provoca ahondar en como agreden a las mujeres en medio de estos contextos.


La violencia de los «hombres en armas» contra las mujeres juega un papel fundamental en la globalización. Desde como se combina la violencia en lo intimo con la violencia de la guerra «anti/terrorista» la multiplicación de las guerra obliga mayoritariamente mujeres y niñas, a huir y pasar largos años en el exilio o en campamentos y refugios, precisamente en una época en que muchos Estados van imponiendo políticas migratorias cada vez más desfavorables contra las migrantes y refugiadas. Así también el aparente afianzamiento de las prácticas de abortos selectivos de fetos femeninos y de desatención a las niñas, ha llevado a la «ausencia» de más de cien millones de mujeres, solo en Asia. Asimismo a que se incrementen los femicidios a nivel mundial

En relación de las luchas que ha mantenido el movimiento de mujeres y feminista, hay que resaltar que hace un análisis de cómo por una parte este movimiento es atacado en sus reivindicaciones, pero también acerca de las dificultades para formar alianzas internacionales, mediante las sospechas lanzadas sobre las mujeres y en particular sobre las feministas «del Sur», quienes se estarían «occidentalizando»1


Sin embargo, el neoliberalismo también posee una manera de entrarle a las mujeres, como dice su autora en el título del libro, por las Buenas. Ella lo caracteriza como una cara sonriente, un rostro consensual y seductor, que le confiere su fuerza. Lo cual ha nacido a partir de acciones de las instituciones internacionales creadas después de la Segunda Guerra Mundial: la ONU, el FMI y el Banco Mundial, donde integran en su seno, reformular el antiguo proyecto de «desarrollo» de las décadas del setenta y ochenta, dándole matices «ecológicos» y «de género».


Esta parte que ella ha dedicado el capitulo tres, pienso que es importante en relación de fortalecer el debate del feminismo institucional y sobre que lógica globalizadora y neoliberal inserta varias de sus acciones. Pues ella nombra una cantidad considerada de instituciones internacionales que articulan estrategia para cooptación del trabajo y pensamiento feminista, para legitimar la globalización neoliberal bajo la bandera de un desarrollo «consensual».
De allí la puesta en debate de la corriente que se autonombró «autónoma» del feminismo latinoamericano y del Caribe, la cual debate de manera activa sobre la «ONGización» y la institucionalización del movimiento desde su sexto encuentro.


Otro elemento de análisis es el «desarrollo sostenible» y cómo la ONU se ha vuelto «protectora» del medio ambiente y ha establecido institucionalidad, acciones y recursos para su preservación, a partir de las presiones del movimiento ecologista, pero tanto las convenciones, diversas que ha creado, así como las Cumbres de la tierra para proponer una agenda donde tome el control del planeta, a partir de su revolución verde, como promover una importante participación de la «sociedad civil».


En este sentido conviene hacer mas exhaustiva la investigación feminista acerca de cómo se produce la expropiación de conocimiento de las mujeres indígenas en relación a sus formas de vida integral, y que estos conocimientos son reciclados para el discurso y contenido de la moda globalizador de restablecer la naturaleza de manera colectiva, para las nuevas generaciones.
Plantea también acerca del interés de financiamiento de la ONU, al movimiento de mujeres y feminista, incluida la lucha para el aborto libre y gratuito, con lo cual se vuelve un «esfuerzo hacía la maternidad voluntaria», el cuestionamiento de la heterosexualidad como institución política se convierte en lucha por la tolerancia de múltiples «preferencias sexuales». Finalmente, comparte como la alocada ronda de conferencias y reuniones de la ONU a lo largo y ancho del planeta absorbe el tiempo y la energía de las mujeres y de los grupos feministas.


Nos invita a revisar entonces esa generosa preocupación de la ONU hacia las mujeres, ampliamente respaldada por el FMI y el Banco Mundial, y como dicha generosidad cambia de rostro. Porque continua contando que la noción de «sobrepoblación», fuertemente criticada por las feministas del Sur, esconde una teoría racista, sexista y profundamente perversa, que presenta a las mujeres latinas, indígenas, negras, árabes y asiáticas como «demasiado prolíficas» y por lo tanto culpables de su propia pobreza, responsables del hambre en el mundo y de la presión sobre el medio ambiente.


Con ello, la instauración, y seducción a las mujeres a partir de establecer las políticas de microcréditos en el marco de su «lucha contra la pobreza», las endeuda, las explota y aportan al sostenimiento del sistema globalizante, neoliberal y patriarcal.


Se presiona entonces a que nos debemos integrar a la corriente principal de desarrollo, porque esa es la tendencia y el mandato, de lo contrario no hay acceso a recursos y a modernidad.


En esta revisión conceptual que efectúa de los términos en que las mujeres somos consideradas pobres, vienen de la nueva conceptualización del pensamiento y teoría neoliberal globalizante, pues aunque el Banco Mundial (2000) haya reconocido que la pobreza es un fenómeno multidimensional que no puede reducirse a una dimensión material, ella analiza que continúa midiéndola exclusivamente en términos monetarios.


Salen a relucir entonces luchas globalizantes como La lucha contra la corrupción como mecanismo para intervenir en el campo político, «Participación» y «buena gobernanza»: un medio para cooptar los movimientos sociales.


Continuar el libro con tres preguntas a los movimientos sociales «progresistas», me ha provocado sentirle mas sabor a esta lectura, en este sentido ella comparte un acercamiento de cómo dentro de los movimientos revolucionarios en México, Salvador y Brasil: el FMLN, el EZLN y el MST, incluido el movimiento feminista, debe cuestionarse acerca de ¿Qué pasa con la división sexual del trabajo que reproducen en su interior? ¿Cuáles son los tipos de familia sobre los cuales estos movimientos se construyen y qué modelos de familias proponen de hecho para la sociedad?, luego hay una parte siguiente que me hace sentir como mujer indígena en coherencia con mis atrevimientos y cuestionamientos: para aquellos que apuntan explícitamente hacia la defensa y la promoción de determinada «cultura» (una cuestión candente hoy), ¿En qué medida esa «cultura» es para encabezar un proyecto revolucionario nacional favorable a las mujeres?


Yo me la replanteo: en que medida la revitalización de nuestra cultura como mujeres indígenas xinka es para seguir refuncionalizando las opresiones históricas contra las mujeres, y para sostener las formas globalizadas neoliberales que se han contextualizado en nuestros cuerpos y territorios?


Y es que así como Jules Falquet, hace una critica acerca de la división sexual del trabajo revolucionario, también plantea como dentro de los movimientos Progresistas, se sigue manteniendo la estructura de familia patriarcal, donde no se cuestiona como un lugar de opresión, de explotación y de violencia, así como un refugio contra una sociedad global racista, y heterosexual.
Y aunque la espiritualidad ha sido central en la resistencia a la esclavitud entre los pueblos originarios y afros, ella invita a reflexionar acerca de la división sexual del trabajo y la predominancia de las autoridades masculinas en muchas de sus prácticas, esto revitaliza mi pensamiento, pues soy una de las que esta pronunciándose contra el patriarcado ancestral u originario y contra el patriarcado occidental.


Termina preguntando....
¿Quién paga la resistencia a la globalización neoliberal?
Las mujeres, desde sus diferentes espacios de lucha y desde sus diferencias, comparte el ejemplo de cuando las mujeres indígenas desean modificar «la tradición», pueden ser objeto de una sospecha gravísima: querer acabar con su propia cultura. Y como la actual lucha contra la globalización neoliberal complica las cosas.  (y de las mestizas, cuando hacen parte del grupo dominante). Dada su posición dominante, en muy pocos casos se les pide tomar una posición en relación con su cultura.


También casi al final la propuesta de Margarita Pisano, de erradicar la cultura dominante: masculina- patriarcal, invita a ubicarnos en otra esquina para mirar, pensar y comenzar a dibujar el boceto de una nueva sociedad» (Pisano 2001).
¿Pero de qué cultura (patriarcal) estamos hablando?, pregunta la autora: ¿de la de los Indígenas, de los negros, de los blancos? Porque, en realidad, lo que las mujeres occidentales-blancas deben enfrentar es su responsabilidad específica con la «cultura» particular definida por los hombres occidentales-blancos.
Con esta última pregunta me parece que es donde podemos seguir hilando el pensamiento, las reflexiones y los debates desde nuestras miradas feministas diferentes, y para darme chance a la palabra tejida con ustedes, solo quisiera decir que desde esta identidad política como feminista comunitaria, y desde esta identidad étnica como mujer indígena maya xinka, pienso que este libro es una posibilidad para recrear el pensamiento feminista desde nuestros diversos espacios de luchas, pero también para reconocer nuestras resistencias, nuestros atajos y caminos construidos en complicidades feministas, lo cual considero que seria importante de sistematizar y socializar, para fortalecer las acciones que las mujeres hacemos históricamente frente a los sistemas de opresión: capitalista, patriarcal, racista, colonialista, globalizador neoliberal y lesbofobico.
Por eso esta ultima pregunta me invita a reflexionar acerca de cómo dentro de mi cultura étnica, ha habido también condiciones para acoger las manifestaciones, expresiones, opresiones y seducciones de la globalización neoliberal, me hace cuestionar como nuestros cuerpos están siendo presupuestados, valorizados y definidos en este auge de la globalización neoliberal patriarcal, y acerca de que caminos estamos tejiendo actualmente para ir configurando nuestra propuesta, nuestro proyecto político emancipatorio desde las mujeres feministas, para la plenitud de la vida.

Lorena Feminista comunitaria maya-xinka

lunes, 12 de septiembre de 2011

Elecciones generales: el show de la democracia




Por: Quimy De León

amor y miedo en una casa
conocimiento del opresor
sé que duele quemar
Adrienne Rich[1]

Observar la parafernalia el día de las elecciones, la labor de los aparatos ideológicos de Estadoy su reproducción en la mayoría de la población merece reflexión y diálogo. Y es que el discurso de la clase dominante y el de las clases subalternas no son para nada diferentes respecto del modelo de “democracia”.

No ha sido parte de nuestras discusiones o discursos - con algunas excepciones -  la manera en que ha permeado en este sentido la cultura e ideología dominante, aún en medio de este proceso electoral burdo y violento con característicos discursos llenos de ignorancia, misoginia, conservadurismo y militarismo, es terrible la aceptación que ha tenido en gran parte de la población.

A excepción de Rigoberta Menchú, ninguna otra candidatura se distanció de estas posiciones, la mayoría de representaciones simbólicas e imágenes utilizadas por todos los partidos fueron de corte autoritario y reflejo de la heterosexualidad como régimen incluyendo a las candidatas a presidenta o vicepresidentas.

Las condiciones históricas y sociopolíticas que nos han hecho como sociedad tener una figura emblemática autoritaria con probabilidades de ganar la presidencia, pueden ser motivo de discusiones más profundas.  No solamente haciendo alusión a la memoria desde el miedo, la memoria puede ser una herramienta de liberación y lucha no sólo desde la victimización o lo épico, sino desde el análisis de la dominación y su reproducción en la población oprimida.

Y es que este proceso electoral, no solamente fue un insulto a la inteligencia sino la expresión sin más ni menos del bloque dominante criollo, empresarial, transnacional, masculino, ladino, militar, eclesial con vínculos con el crimen organizado, y el narcotráfico. A pesar de que la propaganda y opiniones desde posturas de la igualdad se congratulen porque la participación numérica de las mujeres, jóvenes o población indígena haya aumentado, o que hayan candidaturas en los partidos políticos de estos sectores, no existe ni por asomo la capacidad de decidir o “incidir”.

Y es que ante el predominio de la clase masculina en todos los ámbitos de la vida pública en otros tiempos, efectivamente lo numérico es un cambio, pero… ¿es esto suficiente para sentirnos ciudadanas? es en esto que se han convertido las demandas feministas, en la aspiración a la inclusión y estas formas de participación dentro de un sistema que nos depreda. Yo me niego rotundamente.

La visión hegemónica sobre lo que es posible hacer colectivamente en este contexto, se reduce únicamente a la vía electoral como “la  manera” para impulsar cambios en la sociedad, dentro de la democracia liberal restringida y sus reglas. Desde esta lógica, ésta es la única forma de construir ciudadanía y participar, pareciera una suerte de triunfo ideológico y es que después de la Firma de la Paz, nos dedicamos a cuasi evangelizar desde este lugar, desde las oenegés con miles y miles de euros de la Unión Europea o dólares de la USAID.  

La influencia del capitalismo mundial ha penetrado tanto las mentalidades y la vida cotidiana, que la mayoría aspiramos al modo de vida gringo, esto se evidencia en la manera en que consumimos y queremos o gestionamos nuestra propia vida aún en medio de la precariedad, tener unos tenis all star o comprar en wall mart quizá nos acerque un poquito más a esta aspiración. Votar, fortalece “la democracia”, quizá si somos personas más democráticas, somos más modernas, quizá esto nos aleje más de la barbarie y nos acerque más a la civilización.

Mantener esta democracia es tan necesaria para el capitalismo y sus sistemas de dominio, que eso explica porqué montaron un show surrealista, porqué  invirtieron tantos millones para convencernos, asimilarnos y mantenernos entretenidxs al estilo telenovela mexicana o programa de chismes, consumiendo las falsedades que elaboraron los medios de comunicación y los ideólogos del mercado electoral. La niñez ahora mismo asiste a su iniciación democrática en Mac Donald mientras compra su Mac Cajita feliz.

Y ha tenido tanto éxito que a pesar del evidente fraude y manipulación desde el inicio de la campaña, todo el mundo legitima el proceso y lo defiende, juego perverso creado para inocular en la mentalidad de la gente no solo esta democracia en sí misma sino al ganador.

No tardará la OEA, observadores internacionales y nacionales en decir que a pesar de algunas charamuscas y desavenencias las elecciones se llevaron a cabo con transparencia. A pesar que poblados como algunos de Chimaltenango no querían permitir si quiera que se llevara a cabo esta farsa. Cientos de denuncias y rechazo al cinismo y el uso fraudulento de la tan defendida democracia el día de hoy, poca gente le pone importancia.

No nos cuestionamos esta democracia, ni el significado de ciudadanía, en estas circunstancias las fronteras de lo cívico se establece desde el mercado como el nacionalismo auriceleste impulsado por los patrocinadores del futbol o el tribunal supremo electoral y su campaña de Vamos por Guate.

De esta manera nos mantuvimos bajo control y en sosiego durante todos estos meses, esto redujo nuestras capacidades de pensarnos desde la rebeldías y otras formas de lucha que no fueran votando, para después tener solvencia para seguir participando y cuestionando en los COCODES, haciendo auditorías sociales y presupuestos sensibles en género, quizá participando en mesas de diálogo o hasta organizando protestas a la medida de los intereses de alguno de los grupos del bloque dominante. Al mismo tiempo que se reduce el Estado, se privatizan todos los servicios, crece el hambre, nos hacemos más pobres, los derechos humanos no se respetan en lo más mínimo, se criminalizan las luchas populares o se desalojan comunidades.

La precarización de la vida, así como la cultura del terror y el miedo usada como estrategia, nos empujó a pensar que la posibilidad de mejorar y sentirnos menos desesperadas, se da cada cuatro años, así nos sometemos de manera voluntaria a la manipulación política, cultural y económica. Parece que ya es bastante enfermizo vivir con el terror creado para vivir en nuestro propio búnker, leernos desde esta realidad con sus complejidades y además poder creernos con la posibilidad de crear y soñarnos en otro lugar, en otra sociedad.

El proceso electoral en este contexto, es una estrategia de dominación que genera consensos sobre valores, percepciones, posturas, conductas e incluso sueños. Así lo normal es vivir en esta democracia, lo anormal es quien se lo cuestiona, quien se niega expresando políticamente no asistir a esta fiesta “cívica” de mala muerte, votando.

Desde esa normalización de la realidad y de la política la persona que se niegue es considerada como indecisa, frustrada, decepcionada, desencantada, cómplice, indigna o incoherente. Las diferencias de pensamiento, de ganas y expectativas deben ser señalados como otrora, herejes, brujas o fraccionalistas?

El miedo generado, se evidencia en la paranoia que existe al estilo de aquella película gringa “el día después de mañana” y que votar por el menos peor es nuestro única alternativa, esto evidencia la imposibilidad que hemos tenido de hacer una lectura más completa de nuestra realidad, entender el papel que jugamos dentro del capitalismo mundial, las disputas dentro del bloque dominante y la imposición de un modelo que utiliza nuevamente el despojo y se reorganiza para acumular capital bajo otras formas incluyendo la criminal, esto se ha ido desarrollando de manera paulatina y sin parar desde hace siglos, incluso de forma democrática, basta con ver para atrás a los últimos años al otorgamiento de licencias mineras, el aumento de cultivo de palma africana, el desplazamiento de poblaciones por despojo o la penetración del crimen organizado y el narcotráfico en los partidos políticos y el Estado para constatarlo. Desde la lógica del menos peor o la campaña contra el genocida, en segunda vuelta por quien llamarán a votar, por Suger o Baldizón?

Promover la culpa por no votar, me parece demasiado elemental y judeocristiano, para poder enfrentar y cambiar nuestra realidad hace falta mucho más que la participación electoral como única vía, que los voluntarismos y llamados a la unidad de última hora. Reconstruirnos para constituirnos en fuerzas políticas que puedan ser capaces de hacer la diferencia, pasa también por la reflexión sobre nuestra cultura política, sobre la como se reformulan los sistemas de dominación entre subordinadxs y sobre cómo pesa el colonialismo en nuestras vida. 

Son respetables los esfuerzos de algunas personas que participan con las izquierdas institucionales, como respetables deben ser las posiciones políticas de no respaldar con el voto un proceso y una democracia con la que no se está de acuerdo. Sin embargo esto no debe ser limitante para que en el futuro inmediato, nos plantemos los límites y alcances de nuestras acciones políticas, pues la realidad con acciones reformistas poco podrá cambiarse y podamos hacer una discusión amplia sobre estos aspectos, como condición para acumular fuerzas y pensar en alternativas a la hegemonía. 




[1] De su poema: Arden Papeles en vez de niños.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Una palabras acerca del asesinato de Rocío González Trápaga y Marcela Yarce



Ciudad de México, 2 de septiembre de 2011

Por Francesca Gargallo:

Mujeres tenían que ser: mojadas por la lluvia, desnudas, con un cordón amarillo alrededor del cuello, asesinadas. Dos periodistas mujeres, voces públicas, molestas al sistema. Marcela Yarce, fundadora de la revista Contralínea, y Rocío González Trápaga, reportera independiente.

Salieron por la noche de las oficinas de Contralínea, quedaron de verse en Metro Balderas, las periodistas no tienen horarios, pero a veces logran verse con una amiga, ir juntas a una reunión. Las periodistas trabajan a cualquier hora, pero el 31 de agosto eran las 21.30 cuando Marcela Yarce salió de Contralínea para encontrarse con su amiga. Nunca llegaron a descansar, a divertirse, a ver a sus familias, a saludar a sus amigos, a besar a la persona amada, a preparar la cena, a tomarse una cerveza. Fueron secuestradas. Las cámaras de videovigilancia del centro de la Ciudad de México no registraron ni dónde ni cuándo.

Fueron torturadas de miedo; aparentemente no había marcadas de golpe en sus cuerpos. Fueron desnudadas, ahogadas, aterradas, asesinadas. Feminicidio por supuesto. Un delito que en la Ciudad de México se castiga con 60 años de cárcel. Cuando encuentran al, a los hombres que lo cometieron, es decir cuando lo investigan. Feminicidio, un delito que a la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal le viene rápido a la boca, después de que por años las feministas exigieron que se tipificara el asesinato de mujeres por ser mujeres, un delito común e impune. Feminicidio de dos periodistas: asesinato de voces críticas de mujeres, asesinato de la crítica pública llevada a cabo por dos mujeres.

Como todo feminicidio es un mensaje público: cuidado, mujeres, cuidado, periodistas, que no están seguras, nadie está ya seguro.  Esos dos cuerpos abandonados en un jardín del barrio bravo icónico de la ciudad grande son un atroz mensaje de muerte para todas y todos: silencio, no digan nada, no reclamen, no denuncien, no hay lugares seguros.

Contralínea acababa de publicar que en los últimos 5 años la desaparición de mujeres en México se ha incrementado en un 900%, 1000 mujeres y niñas han desaparecido, en efecto, pero hay un solo consignado. Ha publicado investigaciones de fondo sobre la pésima escuela mexicana y la exclusión de hecho de que son víctimas las y los estudiantes que intentan superar el examen de ingreso a las universidades públicas, sobre feminicidio y corrupción, sobre racismo, narcotráfico y casinos y persecución a los sindicatos independientes y…. Hace poco más de un año, las oficinas de Contralínea, en el centro histórico de la Ciudad de México, fueron saqueadas por desconocidos que se llevaron computadoras, memorias y material contable.

Pero debían ser mujeres las asesinadas, las despojadas de vida, las mostradas muertas en un jardín de Iztapalapa. Mujeres, porque sus cuerpos aúllan impunidad, la prueba del castigo y el aviso: cállense, censúrense.

Las periodistas, reporteras, analistas sufren agresiones, amenazas, intimidaciones, intentos de corrupción y muerte como sus compañeros hombres. México es el país más violento y peligroso de Occidente contra los periodistas, rebasando los 8 asesinatos al año (74 desde el año 2000). Pero la Ciudad de México, especie de oasis en un país hundido en una violencia sangrienta y sin explicaciones, no vivía un hecho parecido desde el asesinato de Manuel Buendía en 1984. Al hombre lo mataron a tiros frente a sus oficinas. Un periodista importante, una tarde de lluvia, el tráfico detenido en la Avenida Insurgentes. Luego, los intentos de hacer creer que fue un delito pasional. A las dos mujeres las desaparecieron, las desnudaron, expusieron sus cadáveres: feminicidio sí, tiene todas sus características, pero feminicidio de dos periodistas, dos mujeres con nombre y apellido, con un rostro público.