miércoles, 18 de abril de 2012

LIBRES COMO EL PENSAMIENTO

EL ESTADO ES LAICO

Estaba fuera del país cuando leí a través de la computadora las desafortunadas palabras del jerarca religioso solicitando a los partidos políticos la obstaculización de créditos para asignaciones de tipo social a fin de presionar al partido de gobierno sobre una resolución que es en contra de derechos humanos fundamentales ya que fomenta la discriminación y la exclusión de ciudadanos-as con opciones sexuales no tradicionales pero legitimadas por la sexología  moderna.

Asusta realmente observar como un prelado se preocupe por negar derechos a un sector de la población y guarde silencio ante otras cosas también relevantes relacionadas con la familia como la violencia de género, la paternidad irresponsable,  el uso del condón para la prevención del VIH-SIDA que está minando población joven económicamente activa,  el incesto y otras cosas mas que inciden diariamente en la familia salvadoreña.

El estado de este país es no confesional y por lo tanto debe ajustarse a legislar para ciudadanos-as independiente de sus creencias religiosas, en un marco de relaciones entre iguales, sin que se sientan marginados por creer o no creer o pertenecer a determinadas religiones. Por otro lado las jerarquías religiosas deben de ser respetuosas y limitarse a dar lineamientos a sus devotos-as dentro de sus templos.

Es importante también que los que determinan leyes, conozcan los lineamientos fundamentales dentro de un estado laico y cuando se dispongan a dar su voto lo hagan pensando en derechos fundamentales y no en lineamientos religiosos. Ya que las teocracias han desaparecido en los estados modernos. Todo esto fortalece la democracia y refuerza el crecimiento de las sociedades en cuanto a derechos humanos se refiere.
No hay que olvidar a las víctimas de la intolerancia religiosa que cayeron bajo la hoguera de la inquisición, a la humillación de Galileo cuando habló del movimiento de la tierra y a muchos errores sustentados por la iglesia vía defensa de conductas morales ambivalentes y discriminatorias.

Dra. Sofía Villalta Delgado.