Colectiva Lésbica Todas Somos
Somos lesbianas que nos construimos colectivamente en espacios de reflexión y de análisis para aportar a la deconstrucción de la heterorrealidad. Trabajamos en la construcción de la sujeta política lesbiana, desde nuestro ser y que hacer por el respeto de vivir una sexualidad libre para la toma de decisiones sobre nosotras mismas.
domingo, 9 de marzo de 2014
viernes, 7 de marzo de 2014
Declaratoria del Encuentro Lésbico Feminista Centroamericano
y de República Dominicana
Granada,
Nicaragua, 2 de marzo 2014, 12 Noj
Herederas de una
tradición de reflexión y encuentros políticos lésbicos feministas nos citamos
por el llamado de las colectivas lésbicas Cattrachas, Desclosetadas, Todas Somos, Safo y Las Malungas, apoyadas
por el Fondo Centroamericano de Mujeres y nos reunimos en esta ciudad cálida de
Nicaragua para pensar juntas y distintas, reconocernos desde el activismo, el
trabajo y la creación que hacemos desde los países centroamericanos y caribeños
de los cuales venimos expresado en posturas lésbicas distintas.
Hemos compartido
un espacio donde constatamos el crecimiento del movimiento y sus propuestas en
la diversidad de estrategias y prácticas a pesar de encontrarnos en un contexto
cada vez más fundamentalista, derechista y militarizado que es la propuesta
hegemónica patriarcal para la vida en la región. Entendemos que este es un
espacio que no articula una identidad política común aunque expresa una
voluntad de reflexión con posturas políticas distintas.
Hemos reconocido
que somos parte de una historia común, que somos generaciones diferentes, problematizamos el adultocentrismo y el
edadismo que consideramos una de las muchas proyecciones de los mecanismos de
poder dentro del movimiento, y
coincidimos en querer construir puentes entre nosotras. Que heredamos culturas
políticas autoritarias, jerárquicas, cargadas de misoginia y de la
obligatoriedad de estar en el hacer para otras y otros, de ahí que estemos
hartas, cansadas y deseosas de reinventar con el bagaje de las potentes culturas
lésbicas, activismos más radicales, placenteros y dignos para nuestro ahora.
Conversamos
sobre la colonialidad del régimen heterosexual en el que vivimos, y la urgencia
por recuperar, significar los saberes, haceres y ensayos que nos han llevado a
valorar las transformaciones cotidianas y significativas que vamos haciendo y
que atentan contra este régimen criminal.
Las
preocupaciones y emociones situadas políticamente que compartimos cruzan
nuestros cuerpos, afectividades y experiencias colectivas desde nuestros
proyectos políticos lésbicos y lésbicos feministas, se focalizaron en algunos temas que
preocuparon a muchas de nosotras como
son la maternidad, el amor y los amores, los activismos, el autocuidado, la
alienación consumista y dependiente, la politización de otras prácticas
eróticas, la autonomía y relación con movimientos sociales en los países, los miedos a la soledad, marginación y
exclusión que siguen estando presentes en nuestras vidas lesbianas.
Coincidimos en que
los sueños personales se cruzan con los proyectos colectivos y con ellos la necesidad de la memoria, de la transmisión
del conocimiento teórico político de
nuestro movimiento sin que este se sitúe únicamente en la academia ni en
otras instituciones formales. Así como la necesidad de ir escribiendo nuestra
historia, recuperando y compartiendo nuestros aciertos y nuestros ensayos e ir
creando nuevos referentes culturales.
El horizonte
político sigue siendo aprender, compartir, desaprender, reinventar el mundo y
las relaciones, la manera de producir, consumir, pensar, amar, coger, gozar, imaginarnos
solas y en acompañamientos. Diversas políticas sexuales que recuperen
igualmente los cuerpos deseantes, deseables y diferentes como las luchas por la
buena vida.
Nos queda la
intención de seguirnos encontrando donde nos sintamos políticamente convocadas y
articular en este y otros espacios una mirada diversa, pero al mismo tiempo que hable de una Centroamérica
y el caribe lesbiana, pensante, actuante y profundamente emocionada con cuerpos,
deseos y vidas creativas.
De CULO
Comunicad Unificada de Lesbianas Organizadas
viernes, 24 de enero de 2014
Apuntes de Heterorealidad
APUNTES DE HETEROREALIDAD
SONIA LIX
COLECTIVA LESBICA TODAS SOMOS
PONENCIA PRESENTADA EN
I ENCUENTRO DE JÓVENES:
SEXUALIDADES LIBERTARIAS PARA EL BUEN
VIVIR
Sector de Mujeres
Hablar de
heterorealidad
es
algo
que,
en
cierta
forma,
es
nuevo
para
mi.
O
al
menos
es
una
plática
que
di
por
discutida
con
mi
yo
interior,
asi
que
para
mi
fue
un
rollo
muy
interesante
y
bonito
donde
pasé
noches
frente
a
una
hoja
en
blanco
sin
saber
que
escribir,
al
final
quedó
esta
achirmolada
ponencia
que,
espero,
se
entienda.
La heterorealidad,
citando
a
Janice
Raymond,
es
la
percepción
de
un
mundo
en
el
que
la
mujer
siempre
existe
en
relación
al
hombre.
Describe
una
situación
creada
por
las
heterorelaciones
que
expresan
la
amplia
gama
de
comunicaciones
afectivas,
sociales,
políticas,
económicas,
entre
hombres
y
mujeres...
decretadas
por
hombres.
Este no
es
un
monopolio
exclusivo
de
las
personas
heterosexuales,
las
personas
de
cualquier
identidad
sexual
(gays,
lesbianas,
bisexuales)
pueden
tener
creencias
heterosexistas
dimanadas
de
la
noción
cultural
en
que
la
masculinidad
(el
hombre)
y
la
feminidad
(la
mujer)
se
complementan
entre
si
(la
media
naranja)
y,
por
supuesto,
tienen
funciones
y
roles
establecidos
que
no
pueden
romperse.
La primera
vez
que
yo
escuché
el
tema,
fue
a
murmullos
y
viendo
desde
afuera,
como
colada
en
discusiones
feministas...
la
palabra
me
hizo
tanto
ruido
como
a
las
que
estaban
en
esa
reunión
y
la
oyeron
por
primera
vez.
Claro que
las
discusiones
de
heterorealidad
no
son
nuevas,
ya
en
los
70's
cuando
el lesbianismo
dejó
de
ser
una
identidad
sexual
esencial,
innata
en
algunas
mujeres:
es
verdad
-se
afirmaba-
que
las
lesbianas
nacimos
“así”, pero todas las mujeres nacimos “asi”, esto es: como seres sexuales con capacidad de elección. Todas las mujeres nacemos con la capacidad para ser lesbianas “existenciales”, es decir, para tomar la decisión politica consciente
de
abandonar
la
heterosexualidad
y
hacerse
lesbianas.
Decia
en
sus
declaraciones
Rita
Mae
Brown,
una
de
las
portavoces
del
feminismo
lésbico
en
los
años
70:
“me hice
lesbiana
porque
la
cultura
en
la
que
vivo
es
violentamente
misógina.¿como
puedo
yo,
una
mujer,
participar
de
una
cultura
que
niega
mi
humanidad?
Dar
apoyo
y
amor
a
un
hombre
antes
que
a
una
hermana,
es
apoyar
esa
cultura,
ese
sistema
de
poder”
en esta
época
hay
un
articulo
inmensamente
influyente
para
el
pensamiento
feminista
“heterosexualidad
obligatoria
y
existencia
lesbiana”
de
Adrienne
Reich,
en
el
que
utiliza
los
términos
de
“existencia”
y
continuum
lesbiano
para
re definir
la
identidad
la
identidad
lésbica,
dadas
las
(para
Reich)
connotaciones
clínicas
del
término
“lesbiana”:
“el término
lesbiana
me
hace
pensar
tanto
en
el
hecho
de
la
presencia
histórica
de
las
lesbianas,
como
en
nuestra
puesta
en
marcha
del
sentido
de
tal
existencia.
Con
el
término
“continuum
lesbiano”
quiero
incluir
(a
través
de
la
vida
de
la
mujer
y a lo largo de la historia) una
gama
de
experiencias
ginocéntricas:
no
simplemente
el
hecho
de
que
una
mujer
tenga
o
desee
conscientemente
tener
experiencias
sexuales
con
otra
mujer”.
Al ampliar
el
significado
de
la
existencia
lesbiana,
hasta
abarcar
muchas
otras
formas
de
intensidad
primaria
entre
mujeres,
incluido
el
compartir
una
vida
interior
rica,
el
formar
lazos
para
la
defensa
frente
a
la
tiranía
masculina,
o
dar
y
recibir
apoyo
práctico
y
politico,
se
empezaba
a
captar
más
ampliamente.
Dar apoyo
y
afecto
a
las
mujeres:
eso
era
ser
lesbiana.
En
este
sentido,
el
lesbianismo
era
revolucionario
y
convertía
en
un
imperativo
para
todas
las
mujeres
feministas
el
dejar
de
colaborar
con
el
enemigo.
El
deseo
sexual
es
un
aprendizaje,
pensaron
las
feministas
lesbianas:
en
una
sociedad
heterosexista,
se
aprende
a
ser
heterosexual,
la
heterosexualidad
es
una
obligación,
una
imposición.
El
feminismo
lésbico
propugna
el
des-aprendizaje:
desaprender
la
heterosexualidad,
convertía
la
sexualidad
en
una
elección,
el
lesbianismo
en
una
alternativa.
En el
Articulo
de
Adrienne
Reich,
ella
va
más
allá
de
la
idea
de
la
libre
opción
sexual,
y
hace
una
lectura
radical
del
lesbianismo
al
plantear
la
necesidad
del
reconocimiento
y
del
estudio
de
la
heterosexualidad
como
una institución política, a través de la cual se ejerce una inmensa presión social hacia lo que define como heterosexualidad
obligatoria,
denominación
que
cubre
la
complejidad
de
fuerzas
a
través
de
las
cuales
las
mujeres
fueron
convencidas
de
que
el
matrimonio
y
la
orientación
sexual
hacia
los
hombres
son
inevitables,
a
pesar
de
ser
componentes
insatisfactorios
u
opresivos
de
sus
vidas.
Para mi,
la
heterorealidad
era
ese
mundo
social
de
hombres
y
mujeres,
donde
el
ser
“no
heterosexual”
no
existe
en
ningún
lado.
Publicidad,
vida,
sociedad,
familia,
amor
y
placer
está
definido
claramente
para
mujeres
que
complementan
y
armonizan
a
los
hombres
(notese
que
esta
ecuación
no
puede
ser
al
revés).
La
heterorealidad
va
más
allá
del
ser
lesbiana
o
no
y
tampoco
es
un
tema
que
sólo
una
lesbiana
puede
hablar.
La
heterorealidad
nos
aleja
del
amor
de
las
otras
con
sus
dos
grandes
instituciones
opresoras
que
nos
impiden
pensar
en
el
amor
y
acompañamiento
entre
nosotras:
la
feminidad
y
la
misoginia
entre
mujeres.
(porque
la
misoginia
entre
mujeres
si
existe,
lo
sigo
defendiendo
aunque
vengan
de
España
a
decirme
que
no).
Tenemos
relaciones
de
poder
como
legado
de
esa
misoginia
ancestral,
no
concebimos
el
amar
a
una
mujer
porque
siempre
nos
dijeron
que
eso
era
“raro”... Y eso que sólo hablo del amor entre mujeres, no del erotizarnos
entre
mujeres
que
es
una
cosa
muy
diferente.
Por allí
leí
que
decía
Margarita
Pisano:
“la
feminidad
no
es
un
espacio
autónomo
con
posibilidades
de
igualdad,
de
autogestión
o
de
independencia,
es
una
construcción
simbólica
y
valórica
diseñada
por
la
masculinidad
y
contenida
en
ella
como
parte
integrante”.
¿entonces? La
idea
conceptual
mujer
conlleva
una
carga
de
feminidad
bien
jodida,
que
ha
sido
hecha
bajo
lineamientos
patriarcales,
el
dejar
de
ser
mujer
no
significa
querer
ser
un
hombre.
Es
el
rechazo
del
poder
económico,
ideológico,
político
y
social
de
un
hombre.
Revelarse
al
papel
femenino-mujer
es
quizá
el
acto
más
rebelde
al
sistema,
hermanarnos,
acompañarnos
y
querernos
hace
temblar
a
esas
estructuras
que
desde
el
nacimiento
nos
enfrentan
y
nos
pone
a
competir
para
ver
quién
es
la
“mujer
perfecta”.
Y bueno, eso es lo que yo me di a la tarea de platicar con
mi humanidad en estos dias, desde la ultima vez que dejé el tema en el aire
porque hacia mucho ruido en las demás... pero debemos discutir el amor entre
nosotras, somos fugitivas de nuestra clase, nosotras como las patojas, las
nuevitas, debemos llevar a nuestros espacios las discusiones que aun no se
hacen, los temas que todas dan por sentado que ya se discutieron, volver a
debatir aquellas cosas que se dejaron en espera por lo “controversial que eran
en esos tiempos”. Tenemos la oportunidad de tener, tras 18 años de alianza, un
espacio donde nuestros sentires pueden ser escuchados y no podemos dejar y dar
por conversadas las cosas, como me pasó a mi con la heterorealidad, algo que
siempre estuvo traspasando mis identidades políticas desde lo más íntimo de mi
ser y nunca hablé de eso.
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